Este cerro se encuentra ubicado en la parte Norte de la ciudad de San Ignacio. Su forma es muy atractiva y en la inmensa cantidad de rocas de su parte superior existe una figura con la apariencia de una mujer majestuosa sentada sobre el sillón. De la base de ésta roca fluye un riachuelo de agua clarísima que nunca se ensucia y en cuya ribera crecen flores de pétalos brillantes; se cuenta que en sus aguas se ve a veces nadar una patita de oro que quienes quieren cogerla sufren la pérdida de la razón.
Los pobladores cuentan que en tiempos inmemorables, existía en el Cerro Campana una hermosa ciudad cuyos habitantes se enemistaron con el jefe de otra tribu, cierto día se levantaron todos ellos contra la tribu enemiga.
El jefe de ésta tribu estaba herido y en su amor propio, viajo a la cierra, donde contrató un brujo, con el que hizo encantar a todos sus atacantes y al mismo cerro, que quedó convertido en laguna mientras sus habitantes fueron transformados en rocas.
La gente que caminaba al caserío Huangari cuentan que, al pasar por el cerro campana en día jueves o viernes Santo, escuchan el tañido de una campana el canto de gallos y, de vez en cuando las melodías de una banda de músicos.
Se cuenta también que a veces se ve un toro atado a una soga de oro, cuerda que es una señal de desafío al cerro Picorana que queda al otro lado del río Chinchipe. (munisanignacio.gob.pe)
Los pobladores cuentan que en tiempos inmemorables, existía en el Cerro Campana una hermosa ciudad cuyos habitantes se enemistaron con el jefe de otra tribu, cierto día se levantaron todos ellos contra la tribu enemiga.
El jefe de ésta tribu estaba herido y en su amor propio, viajo a la cierra, donde contrató un brujo, con el que hizo encantar a todos sus atacantes y al mismo cerro, que quedó convertido en laguna mientras sus habitantes fueron transformados en rocas.
La gente que caminaba al caserío Huangari cuentan que, al pasar por el cerro campana en día jueves o viernes Santo, escuchan el tañido de una campana el canto de gallos y, de vez en cuando las melodías de una banda de músicos.
Se cuenta también que a veces se ve un toro atado a una soga de oro, cuerda que es una señal de desafío al cerro Picorana que queda al otro lado del río Chinchipe. (munisanignacio.gob.pe)
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